CRUJIDO DE UNA TORMENTA
CRUJIDO DE UNA TORMENTA
Visión extraña… en esta danza…
Fuego que clama y llora…
No hay tiniebla sino mortal espacio,
Señal arcana… noble bruma…
Se siente ceremonia en dintel negro
Emulando nube de sol helado,
¡Ay!!!… vence a muchos…
Hasta también a próceres de envidia eterna.
Encuentra ese mar, mi plañidero…
No hagas de una sinfonía, una borrasca
Porque las tristezas extrahumanas
Solo los grandes las comprenden
¡Ay!! Otra vez ¡ay!!!
¿Fue hado?… ¿fue arrogancia?
¿Fue ventura?… ¿fue desgracia?
¿Fue silencio?… ¿fue destino?
No es del pensar ahora el caso,
El equilibrio siempre estuvo
Así como melodía palpitante
No se hizo noche… caramba… sino día
No hay aroma quemado
Menos invisible dolor
Sólo el poder fatal del albor
Y también del goce invisible.
Espectro de brasa fría
Cierta colgadura de ruido triste
Esperanza abrupta de moldura puesta
Tregua tonta de tormenta ida…
Hoy… no es tu casa donde estás
O diablo o medio angelical
Tu morada siempre está
Donde tu perfume siempre vive
Resonancia del espacio,
Ondulante estridencia,
Eterno rocío,
Cubierta de mi soledad.
No es resquicios de esperanza…
El devanar estrados desiguales
Salvo el aire que se cierne
Sobre mi silencio diurno
El decir ahora… con potente halo:
Reverberancia del alma,
Conjunción ida,
Vivencia vivida…
Cabellera del universo…
Hasta siempre…
¡Compañera mía!!!
Emilio Glivel P.
08-04-08 HORA: 3.22 a.m.
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